domingo, 26 de agosto de 2007

ESTUDIANTES DE PARÍS

Tengo una encuesta de hace unos añitos entre los estudiantes de París, donde se podía ver lo que pasaría también entre estudiantes españoles. Todo se mueve entre estos dos extremos: Juan Francisco, 18 años: “Yo no creo en Dios; estoy bautizado, pero no he practicado jamás. Dios es la alienación del espíritu, una huida”. María, 16 años, 6º curso: Para mí la orientación de mi vida está atada a la existencia de Dios; saber que Dios existe, tiene una importancia primordial para mí”.
SOBRE LA IGLESIA.- Uno: “Yo no tengo necesidad de la Iglesia; es más un engaño que otra cosa”. Otro: Yo creo en Dios, pero no espero nada de la Iglesia”. Otro: “Para que nos interesemos por la Iglesia, es necesario que ella nos conduzca a Dios; lo que no hará, si no se hace pobre y sencilla y se preocupa más de lo que pasa por el mundo”.
PERO HAN DESCUBIERTO EL EVANGELIO.- Un obrero no practicante dice: “El Evangelio como código de vida, me gusta; lo que hay todavía de bueno en nuestra sociedad, se lo debe al Evangelio; hay que guardarlo a toda costa”. Otro: “Para mí vivir moralmente es dar entrada a los otros. El bien y el mal no existen; lo que existe es el bien o el mal que se hace a alguien”. Otro: “En tanto no hayan hallado al hermano que comparte con ellos ¿cómo imaginarán que hay un Dios? La Religión-opio no nos interesa”. Una joven militante comunista: “Yo no creo en Dios y la Iglesia no me interesa, pero yo creo que no hay otra moral que la que enseña Cristo. Y añade: “Los jóvenes comunistas cada vez tenemos más contacto con los jóvenes cristianos militantes y, gracias a ellos, estamos descubriendo algo que nos faltaba, el amor fraterno”.
A LA PREGUNTA: “¿Tienen una moral los jóvenes todavía?” responde uno: “No comprendo por qué nos ha puesto usted esta pregunta; nosotros tenemos una moral. Usted haría mejor con hacer esta pregunta a los adultos, ellos son con frecuencia más inmorales, más hipócritas que nosotros”
A la pregunta: “¿A qué gran personaje os gustaría pareceros?”, contestaron: “A ninguno, a mí mismo”.
Después de tantas preguntas, ahora pregunto yo: “¿Se parece la juventud española de hoy algo esta juventud francesa ?”
MATÍAS CASTAÑO

No hay comentarios: