jueves, 23 de agosto de 2007

VER, JUZGAR Y ACTUAR

VER comportamientos eclesiásticos al uso, JUZGAR desde el evangelio y ACTUAR en consecuencia, poniendo en marcha sin más subterfugios ni dilaciones la nueva evangelización proclamada por el Juan Pablo II. Veamos y juzguemos; el actuar lo dejamos para quien corresponda.
- A los que buscan ascensos y cargos sobresalientes o privilegiados, les reprocha Jesús: "No sabéis lo que pedís ¿estáis dispuestos a beber mi cáliz?”
- A los que están dispuestos a dar la vida por un rito litúrgico y, sobre todo, se la hacen dar a otros, Jesús les recuerda: “El hombre no está hecho para el sábado, sino el sábado para el hombre”
- A los que callan la verdad o predican contra sus convicciones por no poner en peligro su carrera, Jesús les lanzaría un aluvión de advertencias: “Del que se avergüence de Mí ante los hombres, Yo me avergonzaré de él ante mi PADRE” y “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” y también “no seas de los que buscan su interés, sino el interés de Jesucristo” o “el pastor mercenario ve venir al lobo y huye abandonando a sus ovejas” o “dichosos cuando os persigan a causa del evangelio”.
- A los que prohiben hablar a los que no piensan como el jefe, Jesús por boca de Pedro les recordará: “No seáis déspotas con el rebaño, sino modelos del rebaño” o que el Espíritu Santo es constructor de la unidad y destructor de la uniformidad y “sopla donde quiere” y ¡cuidado! que “el pecado contra el Espíritu Santo no se perdona en esta vida ni en la otra”.
- A todos los reverendos, excelentísimos, eminentísimos y santísimos, Jesús les repite: “No os dejéis llamar padres, ni jefes, ni maestros, pues Uno solo es el padre, el jefe y el maestro”.
- A los que se aferran a la dulzura de una autoridad absoluta y avasalladora, Jesús los reúne para recordarles: “Vuestra autoridad no ha de ser como la de los magnates del mundo…El que quiera ser el primero, que se ponga en el último lugar al servicio de todos”.
- A los que añoran las mieles de la pasada cristiandad y mantienen sus símbolos y sus distinciones de clases y sus apariencias majestuosas, oirán a Jesús de nuevo condenando las anchas filacterias y el afán de los primeros puestos y, por si acaso, lo que sentenció a aquellos frívolos practicantes: “Ni entráis en el Reino ni dejáis entrar”.
- A los que se sienten felices al contemplar sus templos llenos y lograr masivas concentraciones, Jesús les recordará de nuevo: “Amar a Dios y al prójimo vale más que todos los holocaustos y sacrificios”
- A los que andan preocupados por asegurar su futuro y engordan los ahorros en sus cartillas bancarias, Jesús les amonesta: “Buscad primero el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura” y ¡ojo! que “no se puede servir a Dios y al dinero”.
- A los que pretenden una nueva evangelización y se niegan a renovar las instituciones que fortalecen la situación actual, Jesús les saldrá al encuentro: “No se puede echar vino nuevo en odres viejos, pues se estropearán el vino y los odres”.
- A los que evitan a toda costa las confrontaciones arriesgadas con los poderes, aunque para ello haya que anular a profetas y pastores testimoniales que molestan a los tiranos, Jesús les recuerda: “Dichosos cuando os persigan por mi causa” y “¡ay! si todos hablan bien de vosotros, pues eso hicieron con los falsos profetas”.
- A los que, por un afán inmisericorde y torpe de renovación, atropellan las expresiones religiosas del pueblo, les vendrá bien tener presente que Jesús “no apagaba la mecha humeante ni tronchaba la caña cascada”.
- A los que nos insisten tanto en que oremos para que el Señor despierte numerosas vocaciones sacerdotales, habrá que recordarles que examinen el reclutamiento actual de vocaciones y la formación que se les imparte y lo compulsen con los usos de la Iglesia primitiva (punto de referencia) y ofrezcan otros horizontes más auténticos y convincentes.
VISTO y JUZGADO. El ACTUAR en consecuencia queda para aquellos a quienes corresponda.
MATIAS CASTAÑO

No hay comentarios: